No tenía intención de hacerlo, pero no me importa reconocer que lo he hecho. Sí, yo también he visto el capítulo del famoso cambio de «Yo soy Bea». Debería estar haciendo otras cosas productivas como estudiar para los exámenes que se nos vienen encima, pero he sucumbido a mi lado oscuro y friki. Tampoco he podido sucumbir ante el razonamiento aplastante de mi hermana Bea: «¿No tienes un blog nuevo? Pues mira esto y ya tienes algo que poner»… Touché. Así que he aprovechado que tenía una experta en la seríe de Telecinco para visionar el capítulo.
No tengo palabras para explicar la tomadura de pelo que Telecinco ha tenido el gusto de regalarnos. Después de toda una semana con anuncios a todas horas, una exclusiva (¿robada?) de la revista Cuore y unos cambios de horario en la parrilla incomprensibles e indecentes para los que nos gusta ver Aida… después de todo esto: nada. Un capitulo soso hasta decir basta. Ya de por sí los capítulos son insustanciales (entíendase que es una serie ligera pensada para la tarde) pero hasta los propios fans deberán admitir que hoy han sido víctimas de esta tomadura de pelo.
«Se han cargado el sentido de la serie», dice mi hermana con los títulos de crédito, sin dar crédito a lo que ha visto (valga la redundancia). Han bastado dos minutos y una escena para que Bea decidiera (¿por fin?) hacer un cambio en su imagen. Según me comenta mi Bea particular (y de fea no tiene nada) que a la Bea de la tele le han dicho de todo y se ha encontrado en las situaciones más rídiculas y más humillantes y siempre ha salido airosa y maravillosamente fea. Hoy ha bastado que dos pijas le recuerden digan que es fea para que decida cambiar de imagen. Sin embargo se han empleado más de 25 minutos en hablar sobre las cejas de la protagonista, con cambio de escenas y todo para crear más tensión. ¡Qué tensión puede haber en 5 personas hablando en un plano subjetivo sobre el mismo tema una y otra vez!
No voy a entrar en si la chica es más guapa o no (creo que soy el único de España que se acuerda de que esta chica salía sin gafas ni aparato en la serie de Antena3 «Compañeros») pero como fenómeno social, este capítulo merecía un cuidado especial. Sin embargo lo que hemos visto hoy «No era Bea», ni era Bea como personaje, ni era Bea como serie. Señores de Telecinco les doy la enhorabuena por las altas audiencias que seguro habrán alcanzado, hoy «Yo soy Bea» ha sido un éxito para ustedes, pero para mí como espectador puntual y para mi hermana como espectadora habitual, ha sido un rotundo fracaso.
Imagen: «Yo soy Bea» Copyright © Telecinco, S. A. 2008,
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